martes, 19 de noviembre de 2013

Matrioska

Voy a buscar agua. Es de noche pero no prendo la luz, ¿qué hace el microondas arriba del lavarropas?, la heladera está dada vuelta… qué raro… está muy oscuro, no hay nadie,  tengo miedo.
Por fin me despierto.
Ahora sí, es mi cuarto, es mi cama, todo en orden, ¿y ese agujero en la pared? Ah, Joaco, ¿qué haces ahí?, ¿dónde está la puerta? Siento un bebé, ¿lo sentís? No, no lo escucho lo siento. Está afuera, es mi sobrino, ¿por dónde salgo si no hay puerta? Está solo, tengo que salir, es de noche dale, ¿dónde está la puerta? ¿Me está pasando otra vez? Tengo que abrir los ojos. ¡Pero si ya los tengo abiertos!
Por fin me despierto.
Estoy en mi cama, y ahí está la puerta. Bien. ¿Qué eso? Abajo del acolchado a la altura de los pies, va subiendo, no me puedo levantar. ¿Es humano? No sé, pero es mujer. Me agarra las manos, me muerde los dedos. ¿Soy yo? Sus dientes no tienen filo pero muerde muy fuerte ¡¡Basta!!
Por fin me despierto.

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